lunes, 24 de octubre de 2011

Una tarde de tortura




     Cada dos meses, más o menos, me vuelve a pasar lo mismo. Estoy contento y feliz en mi casa, tirado en el sofá o destrozando mis juguetitos, cuando de pronto suena el timbre y ... ¡¡¡ oh, no !!!  Es la Conchi que viene con todo un arsenal de artilugios para someterme a la tortura de arrancarme los pelos, dicen que se llama "trimming" porque suena mejor, pero yo os aseguro que es "arrancapelos".
     La Conchi es mi peluquera y viene a mi casa a torturarme. En cuanto entra por la puerta me pongo histérico , ella toda contenta me dice cositas bonitas, pero yo...  ni caso, porque no aparto la vista de ese enorme maletín que trae en una mano  y una mesa con correas para atarme que trae  en la otra. La jefa le da un par de besos toda sonriente y a mí que me joroben,...¡ nadie  me hace caso!
      Monta su mesa de trabajo, a pesar de mis ladridos cada vez más alocados, me suben , me atan y....


                             ...la tortura va a empezar...

¡Quieto Byron! Mira ... soy yo, la Conchi!!!

Cuidado con las orejas, que me vas a sacar un filete ....

Mira que la  avisé .... pues nada , me cortó un poquito y dice que fue por no estarme quieto,
.... pero si me tiene con ellos de corbata.

Ahora le toca a las patas .......¡Cuántos nudos! 
Son las bolitas que hago yo cuando me lamo. 
¡No se entera de nada!
¡Quieto Byron, que ya estamos terminando!

Después de más de dos horas sin rechistar, .... ...¡Qué guapo ha quedado! ... Con lo a gusto que estaba yo con mis pelambreras ...  y mis nuditos ....... y mis orejas peludas ...

¡¡¡Así he quedado!!! Me han tocado todo, como podéis ver.