sábado, 22 de septiembre de 2012

Ya estoy aquí ... !!!

Holaaaaa..... holaaaaa.... ¿estáis ahí?

¡¡¡ Cuánto tiempo hace que no dejo unas "paladradas" por aquí !!! Y no es por mi culpa ¿eh?... es la jefa que tiene el ordenata para ella sola,  a veces hasta echa humo de lo caliente que está. Me he tenido que levantar en pie de guerra para que me lo deje unos minutillos, ¡¡¡ ya está bien de engañarme !!!
Mañana te lo dejo.... mañana te lo dejo... ¡¡¡ y un cuerno!!! ese mañana nunca llega.







Ya se ha acabado el verano, pero como todos los años lo he pasado chachi piruli en la playa. Tengo muchos amigos y amigas humanoides que me hacen carantoñas y no protestan porque yo esté en la playa ... y hasta se acuerdan de mi nombre...  de un año para otro. ¿Sabéis por qué os digo esto? porque la pipiola de la jefa es tan despistada que siempre tiene que volver a preguntarles cómo se llaman sus conocidas de veraneo.




Ya sé que os doy un poquitín de envidia porque en las playas no nos permiten estar ... todavía no entiendo muy bien por qué. Si no se pueden llevar animales a la playa, ... ¿por qué veo yo tantos a dos patas y sin correa haciendo el energúmeno y dejando basura por todas partes? En fin, creo que por más vueltas que le dé no lograré entenderlo... Yo siempre voy con correa y estoy atadito a la sombrilla, no molesto a nadie.





La jefa dice que en esa playa todavía no han puesto ese horroroso cartel que dice: PERROS NO y aprovecha para llevarme porque sabe que me gusta observar y controlarlo todo... 
¡¡¡soy un cotilla!!!






... pero el agua sigo sin probarla, me da miedo acercarme a esa bañera tan grande que se mueve y hace ruidos, dicen que son las olas. Pues vaya!!! ... ya podía dejar de saludar el señor mar, más bien parece que está riñendo. Yo no me fío de ese grandullón y cuando la jefa se acerca a él para bañarse no la pierdo de vista ni un momento.




Aaaaah!!!! .... pero no penséis que todo ha sido bueno este verano.... Ha venido la Conchi a hacerme el trimming ese, o sea, a tocarme los melindres de nuevo... 
¡¡¡ qué digo los melindres¡¡¡ 
¡¡¡me ha tocado todo ... tres horas de tortura y con la lengua fuera....!!!







Pero mereció la pena la tortura ...
¿¿¿ habéis visto qué guapo y qué fresquito me he quedado ???
(Modestia aparte, dicen los humanoides. No sé lo que es pero creo que queda bien y yo soy todo un caballero)




sábado, 24 de marzo de 2012

Me han vuelto a pillar ...

     Me gusta jugar con el rollo de papel higiénico. No sé por qué no puedo cogerlo, ellos juegan con él todos los días ¡¡¡qué yo  los veo!!!  tiran de él, le dan vueltas, después no sé qué hacen porque desaparece de la vista...... ¡y se sientan en una taza grande para jugar con él! Así todos los días y yo ... ¿por qué no puedo jugar con él?... es blandito y suave, lo puedo romper fácilmente y cuando se me escapa  rodando me divierte mucho porque voy detrás de él. En fin, cada día entiendo menos a estos humanoides.
      El caso es que ayer me ha pillado la jefa con el rollo entre patas y bigotes,  Ella tenía el móvil en las manos y ...¡hala! instántanea al segundo. Y como estaba con el WhatsApp ese, ya le mandó las fotos al jefecito ...y ahora va y las publica ... ¡qué vergüenza!.. vais a pensar que sigo siendo un cachorro ...

¡¡¡ y ya he cumplido tres años !!!

 

     La muy "gilipichis" no se había quedado contenta con las fotos del móvil que se fue corriendo a buscar la cámara y ... esto es lo que encontró a su vuelta. ¿Qué esperaba?

No diréis que no he aprovechado el tiempo ¿eh? 





viernes, 2 de marzo de 2012

Con la jefa


Me da un poco de vergüenza que me veáis así como si fuera 
un bebé ...

Cuando la jefa viene detrás de mí para cogerme en brazos siempre echo a correr porque yo lo que quiero es jugar, pero siempre me pilla e irremediablemente caigo en sus garras.


Y para qué lo voy a negar ...  en sus brazos me encuentro muy a gustito. Si os dijera lo contrario no me creeríais porque se me ve una cara de felicidad ... ¿o no?

lunes, 20 de febrero de 2012

Han pasado tres años

Hola amiguit@s, hoy no voy a hablaros de mí ... ¿sabéis por qué?  ... porque hoy hace tres años que Nelson se fue. He visto a la jefa que escribía en su blog, mientras le corrían las lágrimas por las mejillas, y yo también quiero rendirle un homenaje presentándoos a mi antecesor, Nelson. 

Aquí era muy jovencito

Con cinco o seis años

Aquí ya tenía diez años y acababa de quedarse ciego

Yo no lo he conocido pero creo que fue él el causante de la decisión que tomó la jefa desde el día que Nelson faltó:  "en mi casa  y en mi corazón siempre habrá un sitio para un schnauzer". Nelson vivió doce años con la jefa compartiendo  felicidad con ella. Yo no soy el que ocupa su lugar, sé bien que el recuerdo de Nelson tiene su propia parcela en el corazón de la jefa, pero a mí me ha hecho otro huequecito tan confortable como el de Nelson y me siento muy a gusto. A veces le oigo decir que somos distintos, pero nunca nos compara. Yo me siento muy feliz y agradecido por haber llegado a esta casa donde todos me miman y están pendientes de mí.
Como os decía antes yo no conocí a Nelson aunque me hubiera gustado mucho conocerlo para hablaros de él. Así que le he cogido de su blog lo que escribió la jefa, para enseñaros cómo era Nelson. Lo quiero compartir con vosotr@s porque sé que sois tan felices y afortunados como yo. 
Guau ...guau ... Os dejo con las palabras de la jefa:


Nelson era un schnauzer miniatura con  las características  propias de su raza: inteligente, vigilante, juguetón, atrevido, defensor de su territorio, fiel y obediente. Pero si tuviera que definirlo con una  palabra solamente, ésta sería: " bondad ".
 Nelson era exageradamente bueno, obediente y cariñoso.

Era el mes de Julio. En el escaparate de una tienda de animales ,( a la que yo iba a comprar pienso para los peces y el loro),  estaba aquel precioso cachorro negro  con un mechoncito blanco en la barba. Fue aquel día cuando me planteé que podría aumentar mi familia.

- Resérvamelo hasta mañana, pues tengo que pensármelo- le dije a la veterinaria que no hacía más que animarme a que lo llevara, elogiando las grandes cualidades del schnauzer.

Aquella noche no pude dormir pensando en la gran responsabilidad que suponía traer un perro a casa. Pero él ya me había cautivado con su mirada. Aquellos ojitos negros, que me miraban fijamente, ya me habían conquistado. Después de muchas, muchísimas cavilaciones, y de analizar bien los pros y los contras, (consultando toda la noche con la almohada ),  fui a por él. Y puedo decir que no me arrepentí ni un solo día en los 12 años que vivió. Todo el tiempo que le dediqué y el cariño que le di fue compensado con creces. No entiendo a esas personas que adquieren un cachorro,  como si de un peluche se tratara,  y que pasado un tiempo se deshacen de él y ¡¡¡de qué manera!!!

Nelson adoraba a toda la familia,  pero tengo que decir que por mí sentía auténtica devoción. Siempre estaba a mí lado en casa, y  cuando no, acudía apenas yo abría la boca o emitía el más leve sonido. Jugaba con él al escondite y si tardaba en encontrarme, se ponía a llorar ( bueno, a gimotear ). ¿Cuántas veces hemos oído, refiriéndose a un perro " sólo le falta hablar"? Nelson no necesitaba hablar. Nos comunicábamos perfectamente. Yo siempre sabía lo que me quería decir, según el tono, la intensidad o la frecuencia de sus ladridos.

Cuando ya tenía 10 años,  un "fatídico" día descubrimos que no veía bien. El veterinario dijo que creía que eran cataratas. Para confirmar el diágnostico nos aconsejó llevarlo a Lugo, a la Clínica Universitaria de Veterinaria.
Allá fuimos, con la esperanza de que realmente fueran cataratas y se  pudieran operar. Cuando el médico veterinario nos dijo que lo que tenía era una enfermedad congénita de la retina y que no tenía remedio, nos quedamos petrificados. Tanto es así que nos preguntó si lo habíamos entendido bien. Claro que lo habíamos entendido,  pero el nudo que se nos puso en la garganta no nos dejaba pronunciar palabra.

No tardó mucho en quedarse completamente ciego, tropezaba con todo en casa, cuando lo sacaba de paseo no se atrevía a bajar las escaleras, por la calle caminaba con inseguridad. Comenzó un periodo de depresión. No duró mucho porque yo me convertí en su lazarillo. En los paseos , ¡sube! ¡baja! eran las órdenes que le indicaban si  subíamos  o bajábamos escaleras, o los bordillos de las aceras. Aprendió a esquivar los obstáculos en casa y a pasear por la calle como siempre (de hecho, nunca supe bien, quién paseaba a quién). Volvió a ser el mismo perro alegre y juguetón de siempre.

Así vivió dos años más. Un sábado a mediodía no quiso salir de paseo, me extrañé y enseguida llegué a la conclusíón de que algo le pasaba. Llamé al veterinario y tuve que llevarlo a Urgencias, pues era fin de semana. Tenía hinchada la barriga y después de realizarle varias pruebas le diagnosticaron un cáncer. Le pusieron suero y medicación para reanimarlo. Volvimos a casa a las siete de la tarde. No habíamos comido pero tampoco teníamos ganas. La medicación hizo efecto y volvió a estar bien , pero sabíamos que el final estaba cerca.  Fueron veinte días de incertidumbre,  de llantos, de abrazos , de caricias, de mimos, de vigilarlo y cuidarlo, prácticamente, las veinticuatro horas del día. El día que nos dejó fue terrible. ¡¡¡Qué vacío tan grande había dejado !!! Su ausencia se hacía insoportable. Y por encima yo tenía que recoger todas sus cosas......

Cuando empecé a escribir solamente quería recordar los buenos, alegres y felices momentos que compartimos. ¿Pero cómo olvidar aquellos días? Aquellos días que , a pesar de su enfermedad y su ceguera, venía a recibirnos, cuando entrábamos en casa, dando siempre muestras de cariño y alegría.

lunes, 30 de enero de 2012

Las pruebas del delito

¡¡¡ Me han pillao !!!



Sí .... síííííí ... ¿qué pasa?  

      Ése soy yo, el que va al baño a pillar el rollo de papel y lo extiende por toda la casa. Me gusta jugar y cuando no me hacen caso tengo que llamar la atención de alguna manera.

      -Byron, que ya no eres un cachorro - dice la jefa. 

     No entiendo muy bien lo que quiere decir eso. Cuando yo era pequeñito  le cogía las cosas para morderlas y destrozarlas y ahora sólo las cojo para jugar y para que venga corriendo detrás de mí, bueno ...a veces destrozo algo... pero eso son los daños colaterales. Tampoco la entiendo cuando me riñe porque a continuación se ríe como una tonta y dice:

     -Ja....ja...ja ...¡Qué gracia me hace!
     A ver ...¿en qué quedamos? ¿ estás enfadada o no ?


 

     Le quito la zapatilla a la jefa cuando está sentada delante del ordenata y no me hace ni puñetero caso.
     Disimulada y sigilosamente salgo con mi trofeo entre los bigotes y me lo llevo a mi escondite preferido, la terraza o el bacón, o sea, lo más lejos posible.


     
     Aunque no siempre llego a mi destino, a veces me pilla antes y me la quita.





Confieso que ...¡¡¡  soy culpable !!!

      Ante las pruebas que me delatan no tengo argumentos para defenderme.
      Y no me queda más remedio que  pedir perdón poniendo esa carita que encandila a mi jefa.  Ja...ja...ja.